Durante mucho tiempo ha existido el mito de que los anticonceptivos orales son los responsables del aumento de peso en aquellas mujeres que los consumen, pero un estudio de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregon demuestra que no. La pastilla no es lo que nos hace engordar.
La píldora anticonceptiva está compuesta por dos tipos de hormonas: progesterona y estrógeno, estas son hormonas que también producen los ovarios. Lo que hace la pastilla es frenar la acción de los ovarios y detiene el proceso de ovulación.
Hasta no hace muchos años, los anticonceptivos tenían una dosis mayor de estrógeno, razón por la cual se producía en el cuerpo una retención de sodio y agua que resultaba en el aumento de peso.
Afortunadamente, los anticonceptivos actuales contienen drospirenona, una progesterona muy parecida a la que nosotras producimos; eso y una menor cantidad de estrógeno hacen que los efectos adversos sean mínimos y el peso se mantenga estable.
Lo más importante es no automedicarnos, cada píldora está compuesta de manera diferente, por lo que es necesario consultar al ginecólogo para estar seguras de que el anticonceptivo que tomemos sea el más apropiado.
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